A lo largo de la vida, todos tenemos mentores. Algunos los elegimos; otros aparecen sin planearlo. A veces es una charla, una frase o un ejemplo lo que nos deja una huella.
Y lo curioso es que, sin darnos cuenta, nosotros también podemos ser mentores. Cada cosa que decimos, cada decisión o gesto, puede inspirar a alguien a dar un paso que venía postergando. Por eso es importante ser conscientes del impacto que generamos, incluso cuando no lo buscamos.

En mi caso, escuchar a Andrés Pérez Ortega – Profesionales Libres, referente en Marca Personal, fue un punto de inflexión. Sus ideas y su forma de transmitirlas me ayudaron a comprender la importancia de construir un camino propio, con propósito y coherencia. Aprendí que el camino del emprendedor no se resuelve de un día para el otro: requiere compromiso, constancia y creer en uno mismo incluso cuando los resultados tardan.
Y también entendí algo más: así como alguien me inspiró a mí, yo puedo inspirar a otros.

Desde mi rol como asesor en marketing digital, muchas veces somos la voz que ayuda a una persona o empresa a concretar eso que tanto deseaba.
A veces con una estrategia. Otras, con una conversación honesta.

✨ Todos tenemos el poder de dejar una huella. No hace falta tener un título de mentor: basta con compartir desde la experiencia, con autenticidad y propósito. Porque quizás hoy, sin saberlo, tus palabras sean el punto de partida del camino de alguien más.

💭 ¿Y tú? ¿Recuerdas quién fue tu primer mentor?